¿Conocer a tu nicho personal? ¿O conocerte?
En un mundo plagado de posibilidades, encontrar tu nicho puede ser una tarea complicada, porque sencillamente nos refleja y nos invita a sumergirnos en preguntas sobre quiénes somos y a dónde queremos llegar. Por eso, te comparto algunos puntapiés (ideales para pensamientos instrospectivos) que habiliten la exploración conciente de lo que estás buscando. ¡Buen viaje!
1. Metete en tu cabeza
Tomarse un momento para meterte en tu propia cabeza y reflexionar sobre quién sos es clave.
Creo que la autoevaluación consciente es un acto de amor propio, un viaje hacia el entendimiento de nuestras habilidades, valores y deseos más íntimos. Darles lugar sin perder de foco el aquí y ahora, importa.
2. Explorá el escenario
La exploración es la coreo. Podés pifiar, podés bailar solx. Como bailarines en el escenario, probamos diferentes movimientos, nos aventuramos en nuevos territorios y permitimos que la melodía de la experiencia nos guíe. Permitirse «chusmear» y abrirnos a la diversidad de vivencias es abrir el corazón a las infinitas posibilidades.
3. Reconocé tus habilidades
Como pinceles en la mano, nuestras fortalezas dan forma a la obra. No se puede potenciar ninguna habilidad sin reconocerla, asique no te hagas pasar por distraídx con lo que sabes hacer bien. Honrar y potenciar estas habilidades innatas es un acto de gratitud hacia nosotros mismxs. Este proceso no busca la perfección, sino la autenticidad de nuestras contribuciones al lienzo del mundo. =)
4. Dar valor a tus principios
Encontrar tu nicho tiene que ver con mantener esa conexión entre lo que hacés y lo que creés. Así, todo va a tener más sentido. Definir estos principios y pegarse a ellos es conectar con la verdad. Buscar un nicho que resuene con estos valores es invitar a la armonía entre lo que hacemos y quiénes somos. ¿Es fácil? No. Pero dar valor a tus principios vale la pena.
5. Reflejate en el pasado
Como un relato de nuestras travesías, observar con amor las experiencias que nos han moldeado es comprender nuestros matices. Aquí es clave entender que cada capítulo es una lección, incluso las páginas humedecidas y las esquinas dobladas son parte integral de toda la narrativa. Mirá para atrás y fijate qué te hizo feliz, o qué te rompió la cabeza. Esas pistas son el camino para entender a dónde querés ir y a dónde definitivamente no. El pasado tiene mucho que decir, agarrá lo bueno y dejá lo que ya fue.
6. Atención a lo que pasa
Como en una orquesta, la observación consciente y crítica constante de lo que vemos en el mercado y las tendencias de consumo es clave, y no con el objetivo de conformarnos, acoplarnos, o amargarnos, sino para entender cómo nuestras notas musicales individuales pueden armonizar con la melodía global o hacer un silencio. Fijate qué está pasando en el barrio, qué es lo que la gente siente y está buscando. La contribución única o la elección de no-contribución es la esencia de la verdadera autenticidad.
7. La gracia del error
En este viaje, la gracia de equivocarse es una aliada invaluable. El arte de aprender y desaprender nos guía a un lugar donde cada trazo y cada error es parte por igual de la obra. No te hagas drama si la primera vuelta no sale como esperabas. La magia está en aprender de cada patinada y seguir bailando. Esta, es la única manera de saber si lo que estás haciendo te resuena o no. Además, construir mientras caminás habilita la constancia experimental por sobre el perfeccionismo que nos propone el sistema productivista.
8. La paciencia como testigo
Esto no es un sprint, es más bien como una carrera de fondo. En este viaje, la voluntad calma es lo que va a moverte, y no una «energización» ficticia e intermitente. Este viaje creativo es un proceso de descubrimiento en el que la paciencia es la testigo silenciosa y más valiosa. Cada pincelada se despliega de apoco, pero siempre va revelando la obra que somos. Sobre todo, cuando con paciencia, nos alejamos un poquito a tomar aire y ver el panorama completo.
Sé paciente, no pretendas encontrar tu camino de una. Dale tiempo al tiempo y disfrutá del recorrido.